de tus mentiras
a la vida,
como palacios,
bonitas y gigantes.
De tus medicinas
a tu garganta,
como galletas,
dulces y adictas.
De tus liquidaciones,
como canciones,
grabadas y enterradas;
en mi corazón,
justo en el medio,
donde nadie lo vea,
te quiera,
donde nadie se de cuenta,
puedes irte a morirte.
Si alguien se da cuenta,
podré disimularlo,
es fácil verte mal,
no conozco otra forma,
supongo que me acostumbré.
Eso, no tengo la culpa,
de tanto quererte,
empecé a odiarte,
mereces ser mierda,
estiércol,
pena,
o cosas de esas.
Se te da mejor ser invisible,
corazón.
Dije.
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