lunes, marzo 28

Y ahora, me voy a tirar de cabeza.

En mi habitación hay diferentes palabras. 
Palabras que dicen mentiras,
palabras que describen todo en lo que me convierto,
cuando quiero tenerte.

Transformo mi realidad en la tuya,
destrozando las frases y construyendo castillos
para darle cobijo a los monstruos que anidan en mi chorla. 
Con esos muros hago que te vistas,
que la Luna te arrope en noches
en las que mis venas salen de fiesta. 

Y tocas el cielo con mis lagunas, 
cuando se me olvidan tus historias,
cuando mis despistes recogen tu pelo.

Desordeno la habitación que huele a tu diario de fracasos, 
me revienta que amanezca
mi cerebro pensando en tus pechos. 
No sé si mis huesos pueden dar más calor
 a cada párrafo que te llora, 
ni siquiera quiero pensar en dosificar mi rutina,
con tal de que desaparezcas. 

No comeré de la saliva que te roban otros labios,
no entretendré al señor que se esconde 
en las esquinas de tus caderas,
para arrancarte la ropa que te regalé en verano.

El corazón se encharca con todo lo que me ha tocado perder en la apuesta que ganaron tus dientes.
Rompiéndose, mis arterias continúan rompiéndose cada vez que se desinflan mis pulmones,
suspirando por que la madrugada no haga más visitas a mi cabeza chamuscada.

Y de mí ya no queda más
que el recuerdo de aquella boca,
que no paraba de hablar,
nerviosa y testaruda.






"Que nada me interesa de alrededor,
me subo a lo más alto de la locura,
me encuentro a mi princesa hablando con la Luna,
echándose carrera a ver quién es más puta.

Que no me da la gana pasar media vida 
buscando esa frase que tal vez no exista.

En mi cabeza paso el día buscándote."





jueves, marzo 24

Necesito un buen azote.

Una luz aparece en el fondo de mis ojos. Amanece. 
Catástrofes terciadas por tus desvencijadas manías y mis norias estelares. 
Tus pupilas grandes, en la oscuridad de cada mentira que mando al cielo, 
que no te de por llorar. Ni por pensar que cambiar de vida es lo mejor, 
porque entonces, asistirás a la quema de brujas 
que escribieron nuestro destino. 

Te he hecho una cama con el pellejo 
que arranca el insomnio a mis madrugadas. 
Dormirás todas las horas que hagan falta 
para que no recuerdes mi nombre. 
Que las sábanas que te abracen, 
te hagan temblar en medio de tus fantasías. 
Recojo y me voy al fin del mundo, 
te veo para cuando las pastillitas te dejen hablar. 

Me gustaría admitir que tendré paciencia para 
esperar a la muerte en mi cama, 
no es una letanía arrolladora, 
las drogas y madrugadas atadas a mi sien 
son compañeras de habitación demasiado benignas. 
Pero, en realidad, hay veces que todo sería más fácil 
si mi cabeza se estampara contra la pared; 
muro que crearon tus palabras de plastilina, 
amoldables y mentirosas. 

No sé, estaría genial verte desaparecer,
 como la luna cuando se toma días libres, 
el Sol no da para más. 
Puedes hacerlo, abandonar y dejar que todo fluya. 
Olvídate de mi cara y suspiros, puedes también, 
arrancar días al calendario para que el peso sea más liviano.

Y por favor, no tengas en cuenta si ves mi lengua cortada, 
habrá sido el miedo, al querer tirarme de un sexto. 
Mis ojeras, no más que la fisonomía dada a los vicios y dramaturgias.

No es para tanto, al fin y al cabo, algún día te tendrías que marchar




lunes, marzo 14

Everytime you leave this house, everything falls apart

En la playa hay brazos flotando, son los abrazos que tengo que darte antes de que sospeches que mi boca no dice tonterías, solo tirita. En la arena, hay repartidas notas con palabras sin terminar, puzzle creado para que te pierdas, te canses y la verdad, nunca me encuentres. Los chiringuitos están apestados de personas a los que le faltan ojos y lenguas, será que no quieren verte ni preguntarte por tus fracasos. Me he tumbado en frente de tu fotografía, en la que salías de espaldas y se te notaba que no era tu mejor día, aquella que prometí que quemaría.

Pareces destrozadas y a veces, una heroína, de esas que no tienen otra cosa que hacer que despertarse con las retinas llenas de sueño. La brisa es un poco desagradable cuando no estás encima, porque se resfría mi piel. En la toalla he cosido mi alma, por si me da por estornudar, no olvidarla en la inmensidad del agua. La sombrilla salió volando, clavándose en el pecho del cafre que escupía arena con sus chanclas fucsias. Mi bikini se ha despistado, desconoce las lecciones que necesita para enfrentarse al publico, y se ha escondido en las imperfecciones que me sobran para llegar a ser una modelo raquítica. La marea se ha tragado el cubo de las ilusiones y aquella pala para construir un mundo mejor. Eso me tranquiliza, es demasiada responsabilidad. 

La playa está sola 
y el sol se acuesta. 
Hace frío, 
como lo hacía en tu cama, 
cuando desperté, 
y tus bragas habían desaparecido. 

Será culpa de la lavadora;
no funciona y se traga la (tu) ropa. 



"And though I know that we'll fight

in the middle of the night.
Come to me and we'll talk, we'll talk and oh...
We won't scream and we won't shout, 
because you love me.
I know that this is real."

jueves, marzo 3

NO APTO PARA PERSONAS NORMALES

No se puede perdonar algo como esto. La verdad. No me voy a partir la lengua argumentando qué está bien, qué está mal. Ni me voy a tragar el humo de todas las promesas que le hago a la madrugada de cada día que revientan mis tímpanos escuchándome gritar de tanta ignorancia.

Tan poca cabeza. Hacer llorar a alguien por romperle el corazón, já. A mí me rompe el corazón la poca palabra y el poco cuidado en los gestos de cada imbécil que sostiene palabras manidas en sus diálogos. Dan asco. Mucho asco. Y la cara dura de cada personaje de ciencia ficción vestido con trapitos de primera mano, proveniente de países orientales y manos menores de edad. Enfermedades que no curan por muchas pastillitas que puedas tragar, el agua está envenenada, los ríos llevan cuerpos de personas desaparecidas. Niños con barrigas infladas de esperanzas que sobreviven cogiendo moho en sus bronquios. Silencios abundantes en los discursos que solucionarán el mundo. Rabia contenida en encías de mercurio que se hacen cachos al resonar en nuestro cerebro tantas verdades hechas trizas.

Y razones que se tienen en cuenta después de escupirlas.

Mi alma discute con el viento si cortar mis venas antes de que mi melena crezca atenta a cada latido inhumano que nace en cada cuna, en cada casa, o continuar caminando haciendo zigzag entre los cubos de basura que se visten de… ¿personas?

 Ver mi sangre recorrer mi cuerpo disecado ante la barbarie de la cantidad de cabezas sin cerebro que vigilan las puertas de este mundo y atiendo a lo último que se me ocurrió cuesta abajo del puente que recorro cada día, casi a la misma hora, con el mismo frío:

“Tened cuidado, que puede ser que cuando salgas a la calle encuentres a un hombre cogiéndole la polla a su amigo (sí otro chico), mientras el otro se deja caer al suelo para hacerle una mamada a su profesor, a la vez que se pajean babeando los telespectadores.

Cuidado, que puede ser, que algún día de estos os resbaléis con el liquidito que sueltan las mujeres cuando se masturban viviendo sus 100 años de soledad en la sociedad posmodernista.

Y atención, que puede ser que un sorbo de tolerancia hiperventile vuestras arterias y tembléis, os enamoréis de alguien que al desnudarse parece poner un espejo frente a ti.

Cuidado, que puede pasar mañana mismo, en esta sociedad de gays y lesbianas”.


Cosas que pasan a gente no-normal.