jueves, enero 27

Esto acabará fatal: en mi círculo vicioso.

Es curioso que amanezca cada día sin importarle tres mierdas al sol que me deslumbra las pupilas, que no puedo con tanta claridad. Y lo pido por Dios, o por lo que sea, que deje de estar, que me revienta tener que cerrar las persianas que abro de madrugada para poder quedarme bien. Quieta, sin molestar. Que se hace de noche y empieza a sonar la canción de crujidos y recuerdos, cosas que ya no están.


Vivir de esta manera, con cafés a la mitad y cigarros temblando con sus cenizas, es avanzar a pasos tan pequeños como si de hormiga se tratara. Mi corazón es un insecto. Un insecto infectado y malhumorado, que responde a las llamadas de terceros, con latidos endemoniados. Mi corazón tiene un agujero en el estómago sin huesos y las vísceras, nacen cuando empiezo a revolotear, alrededor de mi cuerpo. No respondo si enrojezco, si quizás, palidezco, no respondo, porque la voz de un insecto no se escucha en este mundo de elefantes. Y no he perdido la fuerza, es un día de esos, que te levantas y te acuestas con la lluvia cayendo, que empiezas y acabas, como si no hubiera pasado nada y quizás, en tus subterráneos te has muerto y te has enterrado y nadie se ha enterado. Mi corazón es un insecto y todo mi yo, descansa en ese pequeño esqueleto, que tirita con el frío de cada lamento, de cada puñal que atraviesa la dulzura con la que me hicieron, que ya no se mueve si hace viento, ese aire no es más que partículas equivocadas del oxígeno para egoístas del globo gigantesco. Yo no sé de teorías, y ya, ni quiero saberlo, no puedo plantearme tener aciertos, porque cada minuto que veo algo bueno, algo que derrochar para aquellos que solo piensan en amar. Y tanto amar. Y lo que viene después de eso. El fuego que arde en mis pestañas tras el ´te quiero´ es aquel al que pertenezco.

Que cada día soy menos, que ya no puedo ni quiero. Que me pierdo y no me encuentro, que mi alma no rebota. Que mi cuerpo, de repente, es un insecto.

domingo, enero 16

Everything is my fault.

¿Realmente nos importa desaparecer?
Si comemos corazones con olor a recuerdos,
si devoramos el pasado con cigarros.
Podemos parecer lo que deseemos.
Podemos morir con tan solo querer.
No creo en ti desde que recibí tu carta de invitación:
bienvenida a mi Infierno personal.

Zarpas de fuego,
dientes de hielo,
ojos venenosos,
boca mentirosa.

Tienes todo lo que siempre me hirió.
Hace frío.
No sé dónde coño estás.
Tú siempre me ibas a salvar.
Déjame entrar donde nunca estuve,
aquel pozo sin fondo,
tus pulmones llenos de mi saliva.

Tus palabras de plastilina.
Mi cara de fracasada mental.
¿Dónde queremos terminar?
Yo estoy en la línea final,
no te veo ya.

Estás en mis venas en cada picotazo de placer,
estás en mis vísceras y no te puedo vomitar.
Tus mariposas llevan tiempo muertas en mi estómago.

¿Estoy mal?
Estoy bajo tierra.
Tu tierra.




domingo, enero 2

I'll take advantage while you hang me out to dry.

Perdóname, ha sido la tinta.
Me siento destrozado.
Tengo ganas de destrozarte.
Mírame, aunque sea por asco.
Para reírte.

Sufre conmigo. Llora y grita
Veneno en las pupilas. 
Desgarras mi vida haciendo heridas en tu piel.
Pasteles que no saben a nada.
Me vas a romper el cerebro.

El corazón está hecho pedazos
desde que sé que no puedo ser feliz.
Perdóname de verdad.
No tengo alma para estornudar.
Estoy enfermo y llenos de mierda.

No hay canciones.
Solo tu voz gritando.
Mis oídos han estallado.
Y te quiero tanto que me has matado.
Y siempre me lo he callado.

Entiérrame contigo en mis pulmones.
Anúdame el cuello a mi estómago.
Atraviésame con tus dedos.
Escríbeme en mis historias.

Entiérrame contigo, solo contigo