lunes, noviembre 29

Mother I tried please believe me, I'm doing the best that I can...

Un cigarro te acerca al suelo y te hace volar. 
Un cigarrillo son las ideas que quieres enmarcar.
Es la agresividad que quieres tranquilizar. 
No fumas tú, fuma tu monstruo. 
Con un poco de nicotina, el miedo es menor. 
La puerta no es oscura y tus venas no tienen sangre, sino humo. 
Tus pulmones y el cerebro hacen el amor, esa sensación, 
es la que tenemos cuando el orgasmo nos hace babear. 

El artista se muere por dentro. 
El gilipollas se desata y asesina a base de ignorancia mi paciencia. 
Y no puedo prometer que sé cuándo llegará el fin del mundo. 
Porque no hay final, solo camino. 
Espera, te lo explico. 

Estoy segura de que los oídos te van a reventar
cuando te diga toda la verdad. 
Espero que tu cuerpo no tenga tanta mierda dentro
como cuando me dedicabas besos, 
que no podrán con tus huesos de cristal, 
que todos vamos a llenarnos de barro
cuando te explique lo que pasó de verdad. 
Baila conmigo la última canción y me olvido 
de que existen formas de irnos de la vida sin que la muerte sepa nada. 
Que la despista tanto humo en un coche cerrado. 

¿Dónde estoy yo? 
¿Dónde vivo yo? 
Entre los latidos y el frío. 


"... but I'm (not) ashamed of the things I've been put through,
I'm (only) ashamed of the person I am."


miércoles, noviembre 24

Sabiendo que mañana, solamente: querremos distanciarnos de la gente.

Tu espalda es un camino recto y blanco como la leche que bebes cada mañana antes de irte. Tu boca, tan roja como la chaqueta que llevas los días de lluvia. Tus ojos ni azules, ni verdes, ni grises, ni castaños. Tu nariz tan chata como mi orgullo cuando estás cerca. Tu pelo es la marca que te hace diferente. Tu voz, mezclada al silencio, radica en mí todo sentimiento. Tus piernas, moviéndose hasta el final del camino, ¿te querrás marchar algún día? Ojalá no. Tus zapatillas se llenaron de mierda cuando caíste en la espiral de decirme te quiero antes de conocerme. Tus mofletes se defienden haciendo esos huecos en los que me pierdo cuando la soledad quiere mojarme. Tus cejas sonríen si me da por gritar al viento que estamos hechas la una para la otra, y no me importa si el mundo gira al revés, siempre nos volveremos a buscar. Tus manos tienen el calor que me falta en las pupilas cuando llevo más de un día sin verte. Tus uñas me arañaron la última vez que tu sangre salió intentando arrojarme la huella que me culpa de robarte trozos de tu personalidad en un beso. Y el blanco de tus ojos, son el espejo de mi interior cuando sacas la mierda que tengo dentro desde hace tiempo, acostumbrándose a la humedad de mis días de intimidad. Tu sur, es todo el norte que conozco.

Los días de invierno en tu habitación son el verano que siempre quiero vivir. Y la distancia a la que me quieres restar, cuando te acercas en abrazos de amistades pasadas de rosca, que para el mundo no somos más que cerebros encontrados, corazones que se atan en lavabos solitarios. Y en el rojo de las veces que nos queremos tanto, desearía verte cuando estoy sola y enterísima, de que si me voy ni te acordarás, si me dirías como cada vez que me enfado con el tiempo porque no nos da mas minutos para estar en nuestros interiores:

YMHHD, TQMQAM.



"Si dices mi nombre es espectáculo, 
y me tiemblan las entrañas 
y se aprietan las paredes de este mundo. 
Sentí tu esqueleto susurrándome que me quisiste cada día,
que rompimos las barreras del sonido,
comiéndonos la boca,
diciendo que el futuro solamente podría convertirse en nuestra suerte,
sí, eres espectáculo, espectáculo...
y tú ni siquiera lo llegarás a notar."

miércoles, noviembre 17

¿Cómo privar a alguien de velar esos ojos tan bonitos?

En la mente crecen solas las ganas de reventarte con palabras que duelan en el pecho. Y tengo suficiente fuerza para gritar y aplastarte debajo de todo lo poco que puedo llegar a ser. Obtener tu alma en un mal soplo que, distraído tengas, y creerme reina de tu interior. Manejar la forma en la que trates a esa víctima de mi diario de tragedias. Que tu sangre se congele en aquellos instantes y te caigas muerto

Todo gira alrededor y nadie cae en la cuenta de que te has llevado lo único que puede hacerme reír. Caigo en la pulmonía que malsané a base de medicamentos dulcificados con sus presentes e incendios apagados. 
Y mezo, poco a poco, las respuestas que te daría si fuera capaz de hacerte desaparecer. Enterrarte a cincuenta metros de tierra. 

Y te veo, de su mano, de sus ojos, de sus pies, rozando con tus zapatillas, y su piel, rota por las veces que la quise querer, y te entrometiste en nuestra conversación. Su pelo, mezclado con la lana del gorro que le regalaste en verano en aquél Berlín del cero ocho, ¿cuántos años de felicidad? ¿Cuánta bondad en tus párpados?

Yo lo único que deseo es tu corazón. Y tu forma de hacerla feliz, que es superior a mis intentonas de suicidio de personalidad para agradecerle a ese dios asqueroso, que se cruzara en mi camino, esos ojos tan claros como cobardes. Y mis brazos, quebrados y diferentes, ahora tienen letras que cuentan historias terroríficas. Han dejado de creer en el sentimiento puro y cruel, esa sensación de atontamiento de piernas, babas cayendo    más abajo de los zapatos, luce-citas en los ojos nublados y noches que quedan para las películas porno más sencillas. Ella pertenece a mí esos días en que los polvos burlan la materia gris


Pero, la realidad es diferente. 
La realidad eres tú y tus cursiladas. 
Y te tengo el mismo asco que me tengo a mí, 
porque sigues existiendo por mucho daño que te pueda hacer. 
Y ahora solo quedan marcas y vuestro amor.

lunes, noviembre 15

Yo quiero que esto sea así para siempre.

¿Qué tiene tu suerte?
¿Qué tienen tus piernas al moverse hasta el final de la calle?
¿Por qué tú me haces temblar?

Las raíces de tus caricias se secan en mi corazón. 
Las mentiras que te dije al conocernos 
eran para que no miraras más allá de lo que yo veo. 
En el postre de aquella cena sonreíste hasta partirme. 
Y yo te hubiera hecho el amor y me hubiera marchado.
Tengo más miedo que tú.
Y tú solo tienes dudas de cómo saldríamos del fango 
si nos queremos querer. 

Y te pido por favor,
vayámonos de este lugar infectado de mierdas,
me tienes atada a tus poros,
y tú ya no sabes caminar sin mis vicios guarros.

Luz y oscuridad mezcladas,
ahí tenemos la tarde en que nos conocimos,
frío con los excrementos del calor 
llenando de mugre nuestros viajes al infinito.

Todo va a cambiar
y tú no te vas a marchar

"¿Tengo yo algo de lo que necesitas descubrir?
Todo lo que yo te ofrezco no lo quieres recibir.
Siento que no lo puedo mirar,
siento que no lo quiero mirar... todo.

Ya está controlado todo,
ya está todo pensado."


jueves, noviembre 11

Hay pecados compartidos, que tú estabas tan cerca.

Se acumula en el vacío todas las cosas que deben hacerse, apretadas y sin oxígeno, marcadas con nuestro nombre. En el amplio fluir de las venas amoratadas, te encuentro a ti y tus ganas de irte, yo no estoy para nada. 

Una playa desvencijada por el roce de las olas, en su espuma hay palabras en silencio, en sus aguas, gestos y besos. Un sol que te marca la obertura al exterior y te quema el cerebro con dosis de tardes interminables en tu regazo. Una montaña, con hielo y nubes que duelen, es lo que queda de lo nuestro. Rocas duras, que es tu metralla y nace (las veces que te quise decir "te quiero" y se me olvidó), una nieve tan blanca como las pastillas que guardo debajo de la almohada. 

Si te dispones a destruir mis ganas de imaginar que algún día podremos reírnos contándonos las veces que me clavaste en tu cruz doblada y los momentos que hoy son canciones dedicadas a través del viento, no juegas en lo correcto, porque te guardo dentro, tan dentro como fuera me tienes tú a mí. No te puedo negar, ni voy a admitir, que hay veces en que me hubiera reventado por dentro con tal de expulsar las vísceras que te dejaron olvidada entre mis entrañas. Lo mío no son interpretaciones ni teatros con símbolos sacados de las mangas del chaleco gris, son fotografías y vínculos en un presente. 

La complejidad de mi espíritu, allana tu eclipse habitual, cuando te sentiste fatal, yo quise verte saltar, cuando empecé a vomitar, tú deseabas que te dijera la verdad. Y en esa mezcla de armonía e incertidumbre, dejamos al destino sellar nuestras conversaciones, nuestros cafés fríos, nuestros colores hortera de mobiliario, nuestras gafas de miopía, nuestras chucherías, nuestros conciertos comerciales, nuestros proyectos inalcanzables, nuestras mentiras para que todo fuera mejor y menos doloroso (ay Dios, si yo hubiera sabido todo lo que sé hoy, desde la más sabia objetividad), nuestros polvos en servicios descuartizados de compasión, nuestros recuerdos, ¿nuestros recuerdos?... hoy todo son cartas, notas y vidas aisladas ( y olvidadas). 

No quiero verte. No quieres verme. No queremos vernos
Sabemos que muchos destrozos se pudieron evitar, muchas llamas pudieron alcanzar más allá.
Nos hemos hecho daño. Me has jodido la vida, como yo lo hice contigo. 

Y no sabes cuánto me alegro de poder reflexionar sobre esto riéndome, siempre me hizo gracia cuando te ponías nerviosa y no encontrabas otra respuesta que hundirte en la mierda de tus zapatillas. La misma que te hacía a ti, ver cómo mis dedos desaparecían tras ese ataque de ansiedad. 



"Esto es así, me acuerdo de cosas que no he visto, haber estado allí, me da lo mismo.

Tu cuarto en el que no voy a entrar, ya sé muy bien cómo es.
Tú lo llamarás cursileria, pero yo lo llamo mentalismo.

Te ríes de mí, yo mientras recuerdo cómo aprendiste a reír y cuándo, 
y te perdono". 

miércoles, noviembre 10

Te hablo desde el corazón para poder hacerte vibrar.

Crecer, crecer y crecer. 
Y nunca parar de crecer.

Decidir entrevistar a las vísceras que sustentan manías, aquellos hilos de conversación que siempre dejamos caer en las cargas de cafeína que nunca tomamos. En la nicotina que nunca consumimos. 
Arruinarte, quererme. 
Y aquí se para el tiempo y la reflexión (que continuará en mi habitación pequeña y oscura), y brillan las trayectorias y las sonrisas que no veo desde hace milenios. Tristeza. Realidad. No lo sé. 
Estamos equivocados. 

Y pongamos los puntos, las comas y separemos el texto. Acabemos. Por fin, acabemos de verdad.

"Él para su persona es un monstruo, un problema. Yo, yo soy otro problema para ella. 
Un dinosaurio violeta y con abundante melena, fuego en la boca, materia dolorosa ahí, en el fondo del rojo de mi corazón. Tengo aceptado que jamás volveremos a vernos igual que aquellos años. 
Ellos tampoco lo harán.
Y no tengo miedo, ni nostalgia. 
Ahora tengo canciones que dedicar e historias que contar."