viernes, diciembre 7

Acrobacias en el tercer (mi) mundo

La televisión se apaga al cerrar los párpados. Te veo sonriendo. Ahora hablan del tiempo, frío polar. Tus dedos me asustan. Dicen que la catástrofe fue inevitable. Te puedo tocar con mis bostezos. Ha empezado la mañana con una prima en riesgo de caer sin paracaídas. Te susurro si te quieres quitar la ropa. Hará frío. Tu ropa de siempre, esa que me sorprende creyéndote desnuda y atosigada, en los huesos, abstraída en el seso.

Fui a tirar la basura y no recuerdo qué pasó después. Al llegar a casa, llorabas, la vida nos había golpeado y la noche estaba harta. Yendo detrás de cada escupitajo que aterrizaba sobre mis vértigos, aquellos que asomaban cuando me sentaba junto a ti. Tartamudeabas, la manía que tiene la ansiedad de hacerte enmudecer, justo me explicabas que no podías seguir sobreviviendo en la catarsis de contar cómo te cautiva dormir dolorida.

Tus costillas empezaron a rozarse con el sofá, yo no pude aguantar y te solté a carcajadas que tus ojos parecían fuego derritiendo el hielo de mi cerebro. No podía contener la risa hasta que me tocaste el pulmón derecho con aquella mentira. Tenías la nariz atascada de sentimientos y estornudaste en el momento justo en que mi pimienta sedujo a tus impulso equívocos.

Me lanzaste allí. Después de tirar la basura, recoger mi habitación porque el día lo había pasado encontrándome entre libros que respondían con canciones glaseadas, una comida en la que sobraban cuchara y tenedor y faltaba el cuchillo que me abriera en dos. Te había visto más de una vez averiar el tiempo para tomarme el pelo. La magia del estúpido en unas manos rítmicas y congeladas.

Al despegar el vuelo me prometías estar cerca de mis vertebras cuando perdiera el control, me empastillara a recuerdos, tumbada en el mismo sofá en el que me metiste los dedos por la sien la primera vez. Me he conformado con observar tus acaloradas torpezas, todavía puedo sentir algo entre medio del pecho. Quizás el alma, guardada en las muelas que perdieron el juicio se sienta cómoda y guarde el único sopor que me sostiene en pie.

No lo sé.

Tu avión
volando por 
Génova 
tuvo un percance
tonto,
tú sabes,
aquellos accidentes
pasionales. 

sábado, julio 7

¿Quién de los dos se atreverá?

Desde hace meses vivo obsesionada con estar bien. Una obsesión que se desmonta en hacer ejercicio, comer lo justo y necesario (tanto física como psicológicamente) y dejar rodar el mundo. Un mundo que de tanto rodar, se ha salido de las clavijas y cual hámster dentro de su rutina, cuando la rueda se disparó la sien se desmoronó. Falta de rutinas que presionen el pecho, necesito ciertas abominaciones sentimentales y enloquecidas, aquellas que suelo escribir de noche. Antes de dormir y pasar página. En estos meses de risas y desencanto, he visto una sombra desaparecer, aquella que pertenecía al recuerdo infectado. Un recuerdo que te forzaba a estar mal para tener algo que contar. Una cerveza era motivo de ruido interior. Tan pronto como me pedí a mí misma estar bien y en paz, desapareció. Será que no era tan importante. A veces pienso que ni siquiera fue verdad.

Y a todos los que me importaban o creía yo que me importaban, tranquilos, si duele, fue por todas las veces que a mí me escocía aguantar a vuestro lado. Y os recomiendo buscar para encontrar otros hoyos donde guardar la mierda. Yo ya me cansé, será que odio eso de oler mal.

Aquel ruido.
Ya no.
Está.

domingo, julio 1

Oídos celosos del protagonismo del fútbol en días en que se cae el mundo

"Bueno, bueno, me mantengo tranquilo. No se inquiete. No se fíe usted demasiado, por lo demás, de mis enterneciomientos ni de mis delirios. Son dirigidos. Vea, ahora que va a hablarme usted, sabré si he alcanzado uno de los fines de mi apasionante confesión. En efecto, siempre espero que mi interlocutor sea un agente de policía y que me detenga por el robo de Los jueces íntegros. Por todo lo demás, ¿no le parece? Nadie puede arrestarme. Pero ese robo sí cae bajo las esfera de la ley y yo lo combiné todo para hacerme cómplice de él; oculto este cuadro y lo muestro a quien quiera verlo. Entonces usted me arrestaría. Sí, sería un buen comienzo. Acaso en seguida se ocuparan también de todo lo demás, y entonces me decapitarían, por ejemplo; yo ya no tendría más miedo de morir y me salvaría. Usted levantaría mi cabeza aún fresca ante el pueblo reunido, para que la gente se reconociera en ella y yo volviera de nuevo a dominarla. Sería ejemplar. Todo quedaría consumado. Yo habría terminado, sin pena ni gloria, mi carrera de falso profeta que grita en el desierto y se resiste a salir de él."


La caída
Albert Camus.


Qué día más acuático,
Dios.

jueves, junio 21

Vanmir lauten, karmekisen, karmeiiito.

Suena, al fondo. Distorsionado pero se introduce en el latido de mi corazón. Mi único corazón, repartido en 24 horas del día, para que siempre esté contigo, para cuando tengas tiempo. Te desnudas y en cada una de las cicatrices que te hacen los giros nocturnos, convertidos en llamadas telefónicas cargadas de metralla más allá de que la noche empezara y poco antes de que la mañana reiniciara. Poco a poco deshaces las conversaciones en gramos de comprensión, tus dientes asesinando cada uno de mis motivos de razón.

Te conozco, sé que cuando el cielo se abra entre tus piernas, te empezarás a reír. Como cuando me caigo de boca escaleras abajo, me rompo el pecho queriéndote y deseando por todo lo que la mujer que me hizo en noches de feria y desenfreno, te fijes en que hoy he llegado temprano a recogerte.

Levantas la ceja, escuchas como respiran mis manos y dices:

- Creo que había olvidado contártelo, ayer, mientras estabas esperando, para un día que llegas a la hora, tardé en bajar porque estaba hablando con la única persona que me dijiste que no soportabas. Hablando y riendo, riendo y cantando, cantando y llorando me dejó ver todo lo que le componía por dentro: un esqueleto enamorado. Esa persona no podía soportar cómo llevaba las uñas pintadas. Yo no pude cargar con el peso de una mirada triste y desolada, le besé y cuando me quise dar cuenta, me robó todo lo que me hacía perdonarte que cuando llegaras a casa se te olvidara la cuestión por la que me necesitabas.

Creo que ya he dejado de creer que tú y yo para siempre, porque ese siempre son palabras que nunca escribiste en tu piel y el viento arranca hasta sentimientos. En un ataque de furia mientras bajaba las escaleras  me deshice de cada una de las partículas que llevaban tu nombre en mi sien.

Aunque no sé si lo vas a entender.


Y así fue,
como
sin querer
queriendo
mis manos se hacen daño
con los cristales
que hay en tu cerebro.

Ya no te ríes a carcajadas con mis mundos paralelos.

Hoy
tampoco
puedo
dejar
de
escuchar
te













martes, junio 19

No. Es. Tan. Fácil. Dilucidar.

Me siento atravesada por cuestiones anatómicas e impopulares que suponen un estado psicológico demencial y me hace volverme de colores diferentes y extraños mientras bailo canciones que nadie reconoce hasta el primer minuto de emisión. Has caído como un rayo sobre mi apariencia infernal, horas de continua ebullición deliran mi interior, te veo desde lejos, me has mirado 4 veces y mis manos empiezan a temblar.

Entonces se crea un sistema en el que solo viven tus soluciones atrevidas a una vida que dejó de sobrevivir para morir continuamente entre unas manos imaginarias que ahogan cada una de sus ilusiones.


jueves, junio 14

Nada me para cuando empiezo a crecer

Cuando la pelota giraba yo veía a millones de personas cayéndose al infinito, aquel arresto de emociones que son las estrellas luminosas que presionan las escenas románticas. El agua se revierte y tus labios llenos de ilusión me seducen las manos, que te tocan sin conocimiento de tiempo. Doce universos paralelos alrededor de tu pelo y la aspiración de sonreír a cualquier extraño. Tres farolas que anuncian el final de una tarde de céspedes ancestrales, conexión desde el cerebro hasta tu cuerpo. Enamorados desnudos que se acarician el presente sin vaticinios de placeres inigualables en un futuro que siempre estará maldito por la desesperación de girar y no caer en el intento.

http://www.goear.com/listen/670a4f6/golfa-extremoduro

¿Y por qué no sale sola?
Porque no le da la gana,
dice que si no se droga,
dice que no siente nada.

- En exámenes siempre me pasa igual,
Extremoduro
me trae la única energía que puedo tener.


sábado, junio 9

Todos los imbéciles tienen novia

El mismo nudo que nos hizo invencibles al mundo exterior, se hacía en mi estómago al verte cómo provocabas mi hambre feroz hacia la vida. Fui devorando uñas y camas, sábanas con espaldas al sol. Si olía por casualidad el aroma de tu pelo cuando salías de una ducha de sábado, se anunciaba el mismo nudo en el estómago, sin voz, me abría a la eternidad. Era beber del mismo cielo el veneno al que me habías acostumbrado: aquellas escenas de película sin acabar.

The Kills – Fuck The People

- Pásate el buen rollo por donde te.

sábado, junio 2

Y ahora no sé cómo puedo bajar

Esta existencia puntual a la que nos obligan a asistir. Una oleada volcánica de sucesos que me derriban la inocencia artificial, paradigma usado en defensa de la poca humanidad que acalora mis células. Ese ruido inalcanzable y siempre constante, espirales que un día integraron parte de mi presente, que arrebata al pasado su popularidad trágica e incolora, sucesos tragados por una garganta que odia la comida sana. Entre otras cosas, ya no puedo someterme a la vida, la vida es todo lo que tengo y a lo único a lo que me puedo sincerar.

Y te hacen temblar, mientras llego a la conclusión de arroparte,
mis manos se hacen mariposas que escriben pasteles en rosas:

La enfermedad degenerativa del sentimiento que enjaula cada una 
de las neuronas en un sincronismo sin pausa y a veces muy divertido.

La luna necesita
dolores y pastillas
de algodón sin
azúcar y mentiras.

Colchón de esperanzas
que vuelan y marchitan
un estómago infectado,
nidos pertinentes del
invierno.

Te ríes y dientes,
diablos de calcio,
me devoran el labio
superior a toda luz,
interior o exterior.

Vives en un latido,
manipulados y roto,
suenas como Terror,
miedo del cazador,
hazme guarre. 
Irías. 

La música de tus uñas,
arañas (n) mi rencor,
de repente,
almas que fabulan un 
final encantador.

Sustancias en ojos
que cristales rotos
al sol que llora 
mañanas en tu espalda.

Te voy a:
piernas que abren
abismos curativos,
y mi sudor que 
lapida toda vida,
perdida en querer
tener
mariposas en
juventud 
que da 
conferencias de cómo ser
tú.




jueves, mayo 31

Dime por favor, dime todo sobre ella.

"O´Hare llevaba consigo una pequeña libreta de notas donde venían las tarifas postales, las distancias en avión, las altitudes de los montes más importantes y otros datos de interés internacional. Ahora buscaba la cantidad de habitantes que tenía Dresde, pero no estaba en la agenda. En cambio, encontró esto, que me dio a leer:

<<En el mundo nacen un promedio de 324.000 niños por día. Al mismo tiempo mueren, aproximadamente unas 10.000 personas de hambre o por deficiencias de nutrición y otras 123.000 por otras causas. Así pues, resulta que cada día hay en el mundo 191.000 personas más. El Departamento de Estadísticas de Población predice que la población total del mundo sobrepasará los 7 millones de habitantes antes del año 2000.>>


- Supongo que todos exigirán un mundo digno -dije.
- Supongo -convino O'Hare."



Matadero 5 o la Cruzada de los Niños.
Kurt Vonnegut
1987.

Libros que te vuelven del revés.

lunes, mayo 28

Manos inertes y gélidas en mi cara


Poemas de plástico

Litros gotean,
Justo en la corona
De piel y palo,
Que te piensa,
Día y noche,
Desnuda y con ganas
¿De qué?
Hacerme reventar.

Verde y sin saber,
Menta o limón,
¿dónde nace el dolor?
Justo 
cuando se exprime 
mi corazón,
Génesis.
Rutas al Infierno,
Allí es donde nace el almuerzo
        


viernes, mayo 25

En este cementerio hace mucho calor

La vuelta a casa tras la lucha continua entre la madrugada y tus manos. Se escapaba por todos lados. Resbalaba su presencia y pastillas decoran el punto álgido de los grados sobre las cejas. Bailando como si el amanecer no fuera a doler, en busca de un tren. El primero de la mañana que todavía no se pronuncia. Las costillas angustiadas resuelven el dilema de mi anarquía de corazón, continuo sin dar tregua a la soledad del puño manirroto. Algunas veces me pregunto si una de estas mañanas los pajaritos no solo se cagarán en mis hombros. Los regresos inevitables a la realidad tras la noche interminable en que salí a devorarme.

Guadalupe Plata – Estoy Roto

- Ir a una librería nueva me hace feliz y me pone tontona.

lunes, abril 23

Un mordisco en la yugular y te aseguro que vas a bailar.

Salgo de clase, salgo corriendo, se me ha pasado la hora que creía que era. Doy un salto antes de los últimos cinco escalones, mis soportes se debilitan de tanto humo y tan poca salud, insomnio que fabrica películas de autor, me caigo. Justo al levantar la vista dos centímetros del suelo te veo, veo tus zapatillas amarillas y los escupitajos del resultado de mi última borrachera. Sonrío hasta recordar que escapaba de ti.

Me levanto, visto la parte que se asustó y quedó desnuda de pavor. Te miro ahora a los ojos de color rosa por el reflejo de mi chaqueta en tus gafas de sol. Miro tus manos, la comisura de tus labios, llenos de chocolate que no conoce de mañanas solo de noches pasadas de rosca, la sonrisa de diablo que hacen mis colmillos sin afilar. Justo cuando te apartas para poder evitar soltar todo el peso de una madrugada, te cojo del brazo frío y blanco como la nieve que cae en tu corazón. Te tomo la palabra antes de que suene la música que me obliga a callar e ignorar todo comentario que sea para manipular mi forma de alterar el bien y te digo:

- Perdona, ¿estás bien?
- Como justo antes de que me cogieras del brazo.
- Siento haber llamado a tu madre cuando estabas en el coche con tu novio.
- Haces cosas muy raras.
- Siento que me estoy enamorando de tu padre.
- ¿Qué?
- Que solo pienso en las camisetas que te hacen persona antes de dormirte.
- ¿Cómo?
- No sé, tu padre siempre me cayó bien.
- No te entiendo nada, para variar...
- Que tengo ganas de tomar un café contigo para contarte todo lo que atraviesa mi sien al mirarte.

Justo cuando ibas a sonreír, se te arrolla la cara por la angustia, yo sostengo la caja de pensamientos sobre unos hombros famélicos, siento una presencia tras de mí y siento la obligación de mirar hacia atrás.

Era tu novio, le gustaba escuchar conversaciones ajenas.

Grimes – Skin Obligo a leer esto, si lo haces, con esta música de fondo. 

lunes, abril 16

Acerca el oído, quizás escuches el mar.

Miro la pantalla y me alegro del tiempo que hace que no me duele pensar en estar con los demás. Ese dolor inamovible de sentirte querido solo cuando estás en compañía. Sentimiento egoísta y que te hace vomitar y llevar a cabo acciones estúpidas. Pero es contagioso y luchar contra él te devuelve muchas situaciones que creías superadas y enmarcadas en la piel que mudaste el último verano. Ahora me arropo, mañana tengo clase temprano, juraría que no tengo ganas de dormir, pero es el estado que se inocula tras horas leyendo sin parar. Leer sobre teorías que intentan describir a enajenados mentales. Y ahora veo las fotografías que un día escocían y jamás quise mostrar, ese pasado del que siempre reniego porque nunca me creo crecer.

Pero ahora caigo, no sé si feliz o engañada, pero mi los meses que vienen parecen darme la razón y eso es un motivo importante para sentirme bien. Los quebraderos de siempre hoy me parecen la idiotez más grande que jamás se inventó.

jueves, abril 12

Apunta bien, apunta a la sien.

Vuelvo por estos lugares.

El tratamiento psicológico de olvido instantáneo al que me he sometido ha dado resultados. Soy una persona mucho más olvidadiza y despistada, si antes me decías algo, lo escuchada y lo mantenía en mi sien y muelas como si se tratara de parte de mí, ten en cuenta, que ahora, tan solo voy a estar atenta a que todo lo que me digas sea parte de lo que nunca tenga que memorizar. Sin embargo, he notado cierta mejoría en mis relaciones sociales, soy capaz de tocar un cuerpo sin tener que vomitar de asco e improperios. Creo que me iré de fiesta el próximo sábado, pero no pasaré por aquí en más de una semana. Se me suele pasar muy pronto la alegría de volver a sitios que creía exterminados. Estabas muy guapa cuando me saludaste, brillabas con el sol que tapaba el techo en el lugar en el que estábamos metidas. Y para terminar, que me sea leve mi discusión mental a la que me someto de 14:30 a 15:30 durante todos los días, camino a la salvación de mi alma lago acuática.


Fiera – Drogas

"Tengo droga para aguantar toda la noche,
toda la noche, toda la noche, toda la noche.

En mi sitio, en mi perfecto lugar"

viernes, enero 6

¿Nunca te ha enseñado los brazos?


Yo nunca quise tirarme del precipicio, pero ya era hora. Muchos sietes en mis uñas carcomidas. Gusanos demasiado reventados en alcohol, eso ya no era suficiente. Los vómitos continuos me persuadieron para buscar una salida al llanto de la Luna por tanto molestarla con olores detestables; lo que me hicieron nunca tuvo perdón. Los dioses se cayeron de rodillas cuando gritaba en pesadillas, no podían soportar tanto estrés.

Yo no quise curarme en su momento, obstinada y mentirosa de nacimiento, luché por cambiar solita la forma de arrancarnos postillas sin que brotaran dos litros de enajenación mental; sangre asquerosa en películas super realistas. Acusé al tiempo, no me quise morir de ilusión al ver mi piel hecha trozos y sonreír, porque el dolor me hacía vivir. Era lo único que podía sentir.


            Así perdí otro año de mi vida. Ahora solo me importa que las noches pasen riéndose de la vida, atentando contra la imagen y semejanza del orden. Ya no odio, en realidad, nunca lo hice. Lo único que podía sostener con razón era la pena de no encontrarme en noches tan interminables como el olvido de lo vivido y nunca reconocido. Aquello que en mis labios tiembla en octubres torcidos, diciembres pasicortos y eneros de comienzos insanos.