sábado, julio 7

¿Quién de los dos se atreverá?

Desde hace meses vivo obsesionada con estar bien. Una obsesión que se desmonta en hacer ejercicio, comer lo justo y necesario (tanto física como psicológicamente) y dejar rodar el mundo. Un mundo que de tanto rodar, se ha salido de las clavijas y cual hámster dentro de su rutina, cuando la rueda se disparó la sien se desmoronó. Falta de rutinas que presionen el pecho, necesito ciertas abominaciones sentimentales y enloquecidas, aquellas que suelo escribir de noche. Antes de dormir y pasar página. En estos meses de risas y desencanto, he visto una sombra desaparecer, aquella que pertenecía al recuerdo infectado. Un recuerdo que te forzaba a estar mal para tener algo que contar. Una cerveza era motivo de ruido interior. Tan pronto como me pedí a mí misma estar bien y en paz, desapareció. Será que no era tan importante. A veces pienso que ni siquiera fue verdad.

Y a todos los que me importaban o creía yo que me importaban, tranquilos, si duele, fue por todas las veces que a mí me escocía aguantar a vuestro lado. Y os recomiendo buscar para encontrar otros hoyos donde guardar la mierda. Yo ya me cansé, será que odio eso de oler mal.

Aquel ruido.
Ya no.
Está.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Guapos y guapas