lunes, abril 23

Un mordisco en la yugular y te aseguro que vas a bailar.

Salgo de clase, salgo corriendo, se me ha pasado la hora que creía que era. Doy un salto antes de los últimos cinco escalones, mis soportes se debilitan de tanto humo y tan poca salud, insomnio que fabrica películas de autor, me caigo. Justo al levantar la vista dos centímetros del suelo te veo, veo tus zapatillas amarillas y los escupitajos del resultado de mi última borrachera. Sonrío hasta recordar que escapaba de ti.

Me levanto, visto la parte que se asustó y quedó desnuda de pavor. Te miro ahora a los ojos de color rosa por el reflejo de mi chaqueta en tus gafas de sol. Miro tus manos, la comisura de tus labios, llenos de chocolate que no conoce de mañanas solo de noches pasadas de rosca, la sonrisa de diablo que hacen mis colmillos sin afilar. Justo cuando te apartas para poder evitar soltar todo el peso de una madrugada, te cojo del brazo frío y blanco como la nieve que cae en tu corazón. Te tomo la palabra antes de que suene la música que me obliga a callar e ignorar todo comentario que sea para manipular mi forma de alterar el bien y te digo:

- Perdona, ¿estás bien?
- Como justo antes de que me cogieras del brazo.
- Siento haber llamado a tu madre cuando estabas en el coche con tu novio.
- Haces cosas muy raras.
- Siento que me estoy enamorando de tu padre.
- ¿Qué?
- Que solo pienso en las camisetas que te hacen persona antes de dormirte.
- ¿Cómo?
- No sé, tu padre siempre me cayó bien.
- No te entiendo nada, para variar...
- Que tengo ganas de tomar un café contigo para contarte todo lo que atraviesa mi sien al mirarte.

Justo cuando ibas a sonreír, se te arrolla la cara por la angustia, yo sostengo la caja de pensamientos sobre unos hombros famélicos, siento una presencia tras de mí y siento la obligación de mirar hacia atrás.

Era tu novio, le gustaba escuchar conversaciones ajenas.

Grimes – Skin Obligo a leer esto, si lo haces, con esta música de fondo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Guapos y guapas