lunes, marzo 28

Y ahora, me voy a tirar de cabeza.

En mi habitación hay diferentes palabras. 
Palabras que dicen mentiras,
palabras que describen todo en lo que me convierto,
cuando quiero tenerte.

Transformo mi realidad en la tuya,
destrozando las frases y construyendo castillos
para darle cobijo a los monstruos que anidan en mi chorla. 
Con esos muros hago que te vistas,
que la Luna te arrope en noches
en las que mis venas salen de fiesta. 

Y tocas el cielo con mis lagunas, 
cuando se me olvidan tus historias,
cuando mis despistes recogen tu pelo.

Desordeno la habitación que huele a tu diario de fracasos, 
me revienta que amanezca
mi cerebro pensando en tus pechos. 
No sé si mis huesos pueden dar más calor
 a cada párrafo que te llora, 
ni siquiera quiero pensar en dosificar mi rutina,
con tal de que desaparezcas. 

No comeré de la saliva que te roban otros labios,
no entretendré al señor que se esconde 
en las esquinas de tus caderas,
para arrancarte la ropa que te regalé en verano.

El corazón se encharca con todo lo que me ha tocado perder en la apuesta que ganaron tus dientes.
Rompiéndose, mis arterias continúan rompiéndose cada vez que se desinflan mis pulmones,
suspirando por que la madrugada no haga más visitas a mi cabeza chamuscada.

Y de mí ya no queda más
que el recuerdo de aquella boca,
que no paraba de hablar,
nerviosa y testaruda.






"Que nada me interesa de alrededor,
me subo a lo más alto de la locura,
me encuentro a mi princesa hablando con la Luna,
echándose carrera a ver quién es más puta.

Que no me da la gana pasar media vida 
buscando esa frase que tal vez no exista.

En mi cabeza paso el día buscándote."





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