domingo, julio 24

Es lo que había, mírate bien.

Ya ves, el mundo sigue girando ya mueran 300 o nadie. Ya digan la verdad las noticias o no. Es fácil combatir en un mundo donde tu corazón, sobresaltado, cualquier día pegue un batacazo y le de por dejar de luchar. Luchar, porque esto no es un camino lleno de rosas con espinas, son aguijones, que me hacen vomitar, que sus fiebres agónicas me traen imágenes de lo que fue el mundo en otra situación, vestido de esmoquin, haciendo gala de sus "mejores años". Es realmente repugnante admirar que de esos años ya solo nos quedan las fotografías trucadas que llegaron a nuestras manos. O quizás ni eso, la historia que sabemos es la que ignoramos. Todo es como de mentira.




Seguramente la salvaje y extraviada sea yo, con mis palabras llenas de mugre y soledad, sin acierto, una línea sobre otra, esperando hilar una con otra, y de ahí, salga un paño lleno de historias enojadas, catastróficas y asquerosas. 


Será que odio hablar en público.
Será que nadie se acuesta a mi lado.
Será la luna, que ayer estaba a la mitad.


O será mi vida, que de tanto para arriba y tanto para abajo, me tiene mareada, inculcándome lo mediocre de pensar en que quizás, un mañana y de ese mañana, salga otra gente, otra forma de querer, otros semáforos, otros cafés. Por decirlo, que no quede. 




"Tristemente puesta en pie,
acaricias con los dedos la esperanza muerta,
la torpeza y la vergüenza de este año,
que no fue ese año que esperábamos tener.

Y lamentas con miradas
lo que no se puede ni explicar.
Lo que no has guardado,
porque al no ser lo esperado,
no quisiste ni archivar ni un solo momento,
ni un segundo odiado.

Repetimos los errores,
que si antes eran grandes,
ahora son enormes.
Lamentamos no tenernos uno al otro
y darnos flores,
que nos alivien un instante,
cambien todo y nos perdonen.

Nuestra falta de cabeza es peor que la pobreza,
porque no nos ha dejado tener nada."





"La era de la mencionada sociedad de la información es también la de la producción de estados mentales. Hay que enfocar por tanto de forma diferente la cuestión de la libertad y la democracia. La libertad política no se puede resumir en el derecho a ejercer uno su voluntad.

 Reside también en el derecho a dominar 
el proceso de formación de esta voluntad."

(126:1997) Historia de las teorías de la comunicación.
Armand Mattelart & Michéle Mattelart. 



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